20 LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS. De JOSÉ LUÍS CUERDA
Gorrión pensará algún día: "Nunca vi los estambres del lirio, pero vi los ojos muertos de un hombre que aun vivía cuando subió a un camión cuyo destino de cunetas apartadas y nucas amoratadas de pólvora no se le escapaba. Nunca vi los cristales de nieve pero sí que vi a un hombre morir antes de que su corazón lo supiera, lo vi morirse al serle arrebatada la libertad. Nunca vi la lengua de las mariposas pero sí oí el lenguaje de aquel hombre: un soñador, un símbolo, una idea, un maestro, uno más... uno menos". Todo esto pasará alguna vez por la cabeza de Gorrión y por la de todo aquel que se exponga a la brillante vuelta al cine de José Luis Cuerda en la fábula de dolorosas utopías titulada "La lengua de las mariposas".
Cuerda logra captar la esencia de los cuentos de Manuel Rivas de forma magistral, administrando con paciencia los sucintos acontecimientos de las amargamente bellas historias del escritor gallego. La transposición en imágenes no sólo iguala el original sino que le dota de una irrenunciable hermandad en la que cine y literatura se miran frente a frente con envidiable igualdad. La Galicia granítica construida en el silencio de las miradas (ya sean éstas sinceras, viles o furtivas) y en el gesto tajante y la palabra descarnada se convierte en luz de la mano de Cuerda, consiguiendo planos de una belleza cercana a los cuadros de Veermer que Rivas tanto admira.
Cuenta "La lengua de las mariposas" una historia que anticipa tragedia pero no la explota; maniquea si se quiere en esa descripción de tipos (arquetipos más bien) de la España rural, en esa solapada mirada a los poderes que minan la libertad. El autor de "El bosque animado" retrata al cacique amenazante, al ejercito desdeñoso de la República y a una Iglesia que pierde adeptos y privilegios (imposible olvidar ese diálogo entre el cura y el profesor donde el latín se torna arma arrojadiza), pero también se inmiscuye en los dolorosos senderos de la traición, del vergonzoso paso atrás y de la pérdida de dignidad.
Pero pese a la gran labor de Cuerda y Azcona (que consigue imbricar con evidente habilidad tres historias en un principio independientes) nada de esto quedaría en la memoria si no fuera por la labor extraordinaria de los actores, todos excepcionales en sus papeles y entre los que destaca el genio de un maestro con fama de ogro, un actor de una sola pieza, de los que llenan la pantalla con su figura y su voz emanada de la caverna de la experiencia. Fernando Fernán Gómez interpreta al profesor republicano enamorado de la vida y la libertad con una solidez y arrobo que deja pasmado al más reticente. Fernán Gómez dota al personaje de la imagen de sacrificio y humanismo que éste requiere consiguiendo que veamos en él la viva imagen de ese quimérico anarquista más amigo del apoyo mutuo que de la piqueta.
"La lengua de las mariposas " aspira a explicar la sinrazón del vendaval de locura que azotó a España hace años pero no se limita a ello si no que implica al espectador para que valore la libertad de la que disfruta y sobre todo la utilice, la propague y la disfrute. Gorrión corriendo iracundo, con una piedra en la mano, tan sólo ataca a los sumisos que no luchan por esta libertad que a él, como a tantos, les es arrebatada.

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