17 LA PRIMA ANGÉLICA. De CARLOS SAURA
Si resulta realmente difícil ver en nuestros medios cinematográficos que cualquier cinta llegue a convertirse en lo que realmente ha querido ser, Saura puede sentirse francamente satisfecho en este aspecto. El público no queda en ningún momento indiferente ante los presupuestos existenciales que se le presentan.
A nivel puramente anecdótico, está el intento de robo de los rollos de la película en una sala exhibidora de Madrid a cargo de unos grupos de acción perfectamente definidos, así como la presencia policial en el vestíbulo del cine de Barcelona en que se proyecta. Realmente este ambiente extracinematográfico es totalmente coherente con el trasfondo social del film de Saura.
Basada la película en una idea inicial del propio director, y con la inestimable colaboración en la confección del guión de la sublimación epatante del gran Rafael Azcona, la prima Angélica está muy lejos de algunos barroquismos crispados que podían apreciarse en la por otra parte excelente Ana y los lobos.
...La conflictividad del tema escogido, la peripecia de un muchacho de padre republicano que debe vivir el 18 de julio entre una familia de derechas y la evocación posterior que de ella se hace, no coarta en ningún instante la feroz mala uva del dúo Saura-Azcona. A través de un perfecto juego de personajes, en el que se lleva a cabo una identificación onírica, no con una realidad física, sino con un papel social, se desgrana toda la irrealidad de un cierto estamento y sus miedos y fantasmas particulares.
Todas las constantes habituales en Saura están llevadas aquí a sus últimas consecuencias. La fijación de determinados estímulos de la infancia, la pasividad de unas posturas inicialmente incorformistas, el desarraigo patético ante una idiosincrasia nacional que le es ajena, la imposibilidad de una huida a todos los niveles, y por encima de todo, la experiencia castrante de una represión ejercida a cualquier nivel.
Partiendo del famoso recurso de la magdalena de Proust, que el propio López Vázquez recuerda en una escena de la película, todo un mundo onírico común a cualquier español que sufriera la guerra siendo niño, se desgrana como una condena. Las represiones intelectuales llevadas a cabo sobre unas mentes que escapan totalmente a su poder de comprensión, la imposibilidad de comprensión de una realidad cada vez más demencial y la aceptación final represiva de un mundo cada vez más ajeno, son constantes en la cinta.
Cada vez más cerca de Buñuel, y al mismo tiempo cada vez en posesión de un estilo más personal, Saura nos ofrece con La prima Angélica su mejor film. Su cachondismo, su feroz anticlericalismo, su inteligencia en la plasmación de sus ideas parecen haber llegado a su madurez. Que dure mientras le dejen.
Es de destacar la preciosa fotografía de Luis Cuadrado, de un funcionalismo y belleza como en él es habitual. Capítulo aparte para la recuperada Lina Canalejas. El que fuera ella precisamente la intérprete femenina del film era otro desafío personal de Saura. El intento se ha visto respaldado por una interpretación asombrosa de una mujer en plena decadencia física y madurez interpretativa. López Vázquez, como siempre que actúa con Saura, excelente, mientras que Fernando Delgado está muy por encima de lo habitual en él.

No hay comentarios: